domingo, 25 de septiembre de 2005

Corrió lo mas rápido que podía, el miedo se colaba por cada rincón de su cuerpo, temor a sentirse, le invadió un escalofrío y algo broto del centro de su cuerpo, una deliciosa sensación de éxtasis, estaba mojada, sus mejillas completamente rojas y su mente en otro lugar.

Seguía corriendo, deseando que viniera tras ella, deliciosos espasmos de placer en el vientre, si no corría se comenzaría a derretir, como si cada partícula de su cuerpo se estuviera fundiendo, se visualizaba en el piso, deshecha, convertida en vapor de miel, se derretía. Cuando finalmente se cerro la puerta tras ella y se sintió a salvo, se desparramo en la cama, el placer llegaba al máximo, aun sentía que las partículas estaban muy separadas, sentía que era un holograma.

Cerro los ojos y se sintió completamente fresca y extasiada, fue entonces cuando se dio cuenta que estaba esparcida por toda la cama en forma de pequeños cristales y perlas rojas, ahora sabia que su sangre si era roja, solo quedaba esperar que el viniera a recoger las piedritas, que las masticara para poder correr por su cuerpo como el lo hizo en ella.

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