Mientras soñaba recordó que debía hacer lo que tenia que hacer y se levanto corriendo hacia la puerta del sueño. Encontró un deja´vu recargado en el marco de la puerta y le dijo que despertase para hacer lo que tenia que hacer, pero ella no sabia hacia donde correr, estaba completamente desorientada, las orbitas de los ojos le bailaban de allá para aquí. Camino hacia la escalera y vomito viento, se asfixiaba, le salía por las orejas. Rodaban lágrimas de azúcar, tosió su nombre dos veces, el de él, inhalo su sabor agridulce (el de ella), masco los tintes de realidad y saboreo las líneas de fantasía. No sabia por cual decidirse, no tenia idea.

Despertó sobresaltada y se dio cuenta que dormía sobre un hueco sin fondo, le daba miedo bajar de la cama, temía caer al vació, se decidió y piso en firme, no sabia por que no caía, ¿donde estaba la realidad y el precipicio?, ¿donde la ficción?, ¿cuando dejo de respirar oxigeno para inhalar jugo azul?, no puede saber que es lo “real” y cual lo “fantástico” por que ambos son de ella, ella es la ambigüedad, por que vive dentro y a veces fuera, no necesita pensar en “realidades”, solo dejar de preocuparse por que la camita no se enfrié.