viernes, 24 de marzo de 2006

DIARIO DE UN SEDUCTOR

No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.

Leopoldo María Panero

¿…?

Por que será que estoy en tensa calma sabiéndote cerca y lejos al mismo cantar

Que me comen los nervios desde que cerca tu estas

Por que no se si me entiendes o finges o solo divagas

Por que estoy cansada de estar cansada

Acompañada y muy sola a tu lado

jueves, 23 de marzo de 2006

LA LÁGRIMA EN EL METRO

Perdonen la molestia señores pasajeros me veo en la necesidad de pedir su ayuda un peso, 50 o 10 centavos, ahí lo que gusten cooperar, con lo que sea su voluntad ayudarme:

  • Tengo a mi hijo, hija, esposa, madre o X pariente en el hospital
  • Se me murió no sé quién y no tengo para el entierro
  • Tengo que comprar mis medicamento, aquí está la receta
  • Me asaltaron y no tengo para regresarme a mi casa


Cuantas veces hemos dado nuestro cambio, lo del pasaje o simplemente nos deshacemos de una moneda que nos es bastante útil para obsequiársela a esa persona que la necesita más que nosotros, ¡pobre, con todo esos problemas!

Y ahí vamos, nuevamente como buenas almas, a creer lo que nos dicen estos personajes que continuamente encontramos en el metro, saltando de una línea a otra cada determinado tiempo.

El cuento parece cierto, te estruja el corazón, y tiempo después lo escuchas nuevamente en otro metro, misma persona misma situación, ¿a caray pues cuantas veces se le ha muerto su mamá?, después uno se siente medio mal, engañado, frustrado por no haber gritado en el vagón que hace meses tu cooperaste para el funeral de otra de sus madres; miras a la gente, un pesito o dos, -que Dios les bendiga- y se va, sigue pillando personas mientras una toda indignada se jura que jamás dará otra moneda en la vida.


Bueno, hay que admitir que deben tener habilidad para timar así a la gente, hacer que la historia conmueva, sacar la lágrima, manejar el tono de voz, se necesita practica.

Aun recuerdo mis dos experiencias más conmovedoras, esas pilladas que me hicieron sentir mal, primero por los afligidos, luego por mi ingenuidad. Una mujer joven aborda el vagón llorando a mares, -señores pasajeros un día mi hija estaba sentada y se me desmayó, se cayó de la silla y quedó inconciente, le detectaron un tumor, está internada en la clínica tal, habitación tal, le van a hacer los siguientes estudios... por favor, se los ruego ayúdenme, si no pago ya no la van atender, se me va a morir, no tengo a nadie más en el mundo…

El vagón entero se apiadó de la pobre mujer, lloraba tanto, un peso es muy poco, si te gastas mas de 5 en un refresco… total que seguramente sacó un buen de cambio. Casi un año después, vuelvo a escuchar la misma historia, ahora en una línea diferente, la misma mujer, el mismo resultado. ¡Caramba ésto parece rentable!

Luego un hombre, su historia era tan mala que nadie le quería dar dinero, grito tan fuerte y se puso tan alterado que hasta pensamos que nos iba a asaltar si no le dábamos una moneda, mucha gente le dio, nada mas de puro miedo, eso si, ni las gracias, ni Dios se lo multiplique ni nada, se fue todo indignado con su bolsita transparente llena de muchísimas monedas.

Tiempo después, mismo hombre, misma historia, ¡misma línea del metro! Eso si que fue el colmo, escuché comentar a varias personas, ¿ahora quién se le enfermo?.


Definitivamente me es preferible dar una moneda y pensar que no es verdad, a creer que salvas a alguien de un gran apuro, y luego sentirte pillado por un charlatán del metro.

¿Acaso ya no se puede confiar en la gente? Es por eso que muchos ya no quieren cooperar cuando alguien pide dinero. ¿

¿Y por qué será que les dan más dinero a los chillones que a los indígenas que te dan a leer un papelito? A esos nadie los pela, y eso que ellos seguro si necesitan el dinero, ¿o no?


Posdata: si usted tiene corazón de pollo como yo, no olvide al salir su bolsita con monedas de a peso para repartir por la cuidad.

miércoles, 8 de marzo de 2006

Día Internacional de la Mujer

¿Cuál reconocimiento?

Hace ya 98 años desde que se organizo, las peticiones eran trabajo digno con menos horas laborales, trato justo hacia la mujer, pedían ser tomadas en cuenta en la sociedad, exigiera su derecho al voto, una mejor calidad de vida.

A pesar del paso del tiempo, la “liberación femenina” y la supuesta igualdad en la sociedad; el día Internacional de la Mujer no deja de parecer una gran farsa mundial en la cual, durante 24 horas se “festeja y reconoce” la labor de la mujer en la sociedad. Esto es solo ante los medios masivos de comunicación, porque la realidad es que siguen existiendo millones de mujeres discriminadas, que viven en condiciones de extrema desigualdad ante el hombre, otras más, que ni siquiera saben que existe un día dedicado a la mujer.

Y escribiendo de eso, si existe la suficiente igualdad en la sociedad, me parecería justo que existiese un Día Internacional del Hombre, ya que este es igual de importante, eso seria equitativo, si de días a festejar hablamos.

En nuestro país esta tan arraigada la idea de celebrar los días festivos, que en cuanto se acercaba el glorioso Día Internacional de la Mujer, escuche a varias compañeras de trabajo comentar -¡uy que bien, hay que tomarnos el día!- y entonces vuelvo a pensar que las mujeres a veces también tienen la culpa de ser discriminadas. Si en cuanto escuchan -Día de la Mujer- salen corriendo a pedir un día de descanso, tratando de aprovechar su condición de “mujer” ¿Qué acaso es incapaz de trabajar en su día?

Ejemplificando de manera rotunda mi relato de mujeres trabajadoras; me topo con que voy a hacer un pago a las cajas de la escuela, y me salen con que están cerradas, las cajeras se tomaron su Día Internacional de la Mujer.

Me vuelvo a preguntar ¿Por qué los privilegios? ¿Cuál igualdad social? ¿Dónde están todas esas mujeres feministas de mi país?